La Junta invertirá este año 253.000 euros en la puesta en valor de la laguna de Villadangos y el lago de Caruced
La provincia de León cuenta con cerca de 500 zonas húmedas, 39 protegidas, como es el caso de la laguna de San Miguel de Montañán en la comarca de Sahagún.

“Cuidemos de nuestros humedales, una respuesta al cambio climático”, es el lema bajo el que se celebra hoy el Día Mundial de los Humedales, una conmemoración que persigue reforzar el papel que desempeñan las zonas húmedas en la lucha contra el cambio climático y en favor de la conservación de la biodiversidad mundial.

La provincia de León aglutina más de 500 de estas zonas palustres, 39 de ellas con un estatus específico de protección que las distingue como zonas de gran interés ecológico en base a la riqueza medioambiental que aportan. De este conjunto provincial, seis se encuentran radicadas en el término municipal de Cabrillanes y 12 en el sureste de la provincia de León, donde sólo Valverde Enrique aporta cuatro de ellas.

Los humedales, lagunas y balsas que hoy se protegen, sufrieron, durante el siglo pasado, una brutal campaña de desacreditación. La mentalidad desecadora respecto a las zonas húmedas ha estado presente bajo el pretexto de poner en cultivo vastas extensiones de baldíos y eliminar así el paludismo, todo ello amparado en un marco legal (Ley Cambó de 1918) que premiaba a los desecadores de zonas húmedas y que estuvo vigente hasta 1985, cuando se promulgó la nueva Ley de Aguas. De hecho, se estima que en los últimos 50 años, el 60 por ciento de los humedales del territorio español ha desaparecido como consecuencia de actuaciones de desecación y urbanización.

Apuesta por las lagunas

La Consejería de Medio Ambiente, a través de la Fundación Patrimonio Natural ejecutará en 2010 dos interesantes proyectos que redundarán en la puesta en valor de dos zonas húmedas catalogadas de la provincia: la laguna de Villadangos, próxima al Camino de Santiago y el lago de Carucedo, en el Monumento Natural de Las Médulas. Se trata, en ambos casos, de un enclave de gran importancia por tratarse de zonas de invernada de varias especies de aves acuáticas y palustres

En el caso de la laguna de Villadangos, se invertirán más de 81.000 euros en la realización de varias labores: retirada y tapado de escombros; plantación de árboles; retirada de cableado y naturalización de los restos de un poste eléctrico; adecuación de una zona de aparcamiento, fuente y área de descanso; instalación de pasarela y observatorio; desbroce de senda; colocación de paneles interpretativos y señalización y, por último, colocación de plataformas para aves y cajas nido de diferentes especies.

En el caso del lago de Carucedo, el presupuesto de ejecución de obra es de 171.912 euros que se emplearán en la adquisición de mobiliario urbano y la apertura de una senda accesible, ente otras intervenciones similares a la de Villadangos.

La actividad agrícola o la caza, enemigos de las lagunas

El asentamiento de especies foráneas también juega en contra, como es el caso del cangrejo rojo.

Las actividades agrícolas y urbanísticas desarrolladas por el hombre en las últimas décadas, no sólo han modificado o reducido en extensión numerosos humedales leoneses, sino que, en su mayoría, al tratarse de pequeños enclaves, han sido totalmente destruidos y convertidos en tierras de cultivo.

Algunos de los factores más importantes que les afectan en la provincia de León son: las concentraciones parcelarias; la creación de caminos en el mismo borde de las lagunas; los nuevos regadíos; las canalizaciones y encauzamientos de numerosos regatos y arroyos; la proliferación de escolleras en los grandes ríos; las plantaciones de chopos; la destrucción de cauces por las graveras y extracciones de áridos y el desarrollo de tendidos eléctricos y parques eólicos, entre otros.

No obstante, la proliferación de masas de agua artificiales como embalses y balsas de riego, suplen en cierta medida la ausencia de humedales naturales, aunque su bajo valor ecológico, la ausencia de vegetación palustre, las oscilaciones del nivel del agua, e incluso las actividades recreativas no siempre permiten unas buenas condiciones para la reproducción, descanso y alimentación para sus moradores.

A este respecto, el furtivismo y la presión cinegética, la contaminación y la presencia humana, están condicionando la presencia de avifauna en las zonas húmedas leonesas. “Todas las comarcas leonesas de la meseta norte son zonas agrícolas y en sus regímenes de explotación, se emplean plaguicidas y herbicidas organoclorados que afectan a las especies que viven en estos ambientes. También la introducción de especies exóticas es un factor a tener en cuenta. En los últimos años estamos asistiendo al asentamiento de numerosas especies de origen foráneo, algunas muy negativas para las especies nativas. El más conocido es la introducción del cangrejo rojo en muchos enclaves de la provincia, como la laguna de Chozas y el lago de Carucedo, donde ha provocado efectos devastadores sobre el funcionamiento del ecosistema acuático. Destacan las recientes citas de visón americano en algunas comarcas leonesas, depredador muy agresivo asociado a los humedales y que posiblemente no tardará en extenderse por el resto de la provincia”, informan desde el grupo de anillamiento de aves (GIA-León).

10.000 aves acuáticas invernan en las zonas húmedas leonesas

Según los datos del último censo del Grupo de Anillamiento de Aves (GIA-León), realizado durante el último fin de semana del pasado mes de enero, 9.959 aves, pertenecientes a 26 especies, invernan este año en alguna de las zonas húmedas de la provincia de León. “La evolución de la invernada de aves acuáticas en la provincia de León, sigue estabilizada, es ligeramente mayor a los tres últimos años, en unas 10.000 aves acuáticas invernantes, y más baja que en el periodo 2002-2006 que superaba las 12.000 aves. Esto supone un descenso de más del 15%, posiblemente debido a una climatología anormalmente fría, con fuertes heladas, que han provocado la congelación de muchos de los humedales de la provincia, sobre todo lagunas”.

En la realización del censo han participado 31 observadores y se han censado 9 tramos fluviales, 18 embalses, 6 graveras, 23 lagunas y 14 balsas de riego.

En cuanto al catálogo de animales, la más abundante es sin duda el ánade real con 7.127 ejemplares, que supone más del 71% del total de la comunidad de aves acuáticas y que aparece en 52 de los humedales prospectados. Le siguen muy de lejos la focha común, la cerceta común y el cormorán común, del tres al siete por ciento.

El principal humedal de la provincia en cuanto a la abundancia de aves acuáticas fue la balsa de Santa Cristina con 3.155 ejemplares, que suponen casi el 32% de las aves censadas de la provincia y que se reparten en diez especies. Le siguen el embalse de Barrios de Luna (11%), balsa de la Mata y la balsa de Villamañán en Villacé. Destaca el Lago Carucedo por la elevada riqueza de especies, un total de ocho, para sólo 61 aves censadas.

“Se observa un aumento gradual del número de invernantes. Así, de los años 60 a los 80 los censos arrojan cifras inferiores a 2.000 anátidas; en los 90 la invernada se va incrementando hasta los 6.000; y en la última década, algunos inviernos se han superado las 11.000 invernantes”, informan desde GIA-León.